Le ganó 2-1 a Belgrano, pese a que jugó casi todo el segundo tiempo con un hombre menos por la expulsión de Ponzio.
River pudo desquitarse de su sombra negra para abrir un camino que espera coronar con el título en el Torneo Final del fútbol argentino. En Córdoba, venció 2-1 a Belgrano, el mismo equipo que lo mandó el descenso en 2011, pese a jugar un tiempo con un hombre menos por la expulsión de Leonardo Ponzio. El equipo de Ramón Díaz pide pista para candidatearse en la pelea por el campeonato.
En el primer tiempo, River vio bloqueados sus intentos por las bandas. Ricardo Zielinski se ocupó de presionar al uruguayo Carlos Sánchez y a Leonel Vangioni para privarlos de los espacios que tan bien suelen aprovechar para abastecer a sus compañeros o directamente buscar conquistas propias. Por eso y porque no el Millonario no encontraba variantes, el primer tiempo fue opaco y sin emoción. La chance más clara la tuvo el local, por un cabezazo del Picante Pereyra pegó en el travesaño.
En el arranque de la segunda parte, Ramón vio cómo su equipo se quedaba con diez hombres. Ponzio golpeó sin pelota a Pereyra y el árbitro Germán Delfino le mostró la roja. Pero lejos de complicarle el panorama, el Millonario supo cómo contrarrestar ese jugador de menos.
Zielinski se animó a poner a un delantero como Lucas Melano en reemplazo del mediocampista Martín Zapata, quien además estaba amonestado. Y cuando Belgrano creía más en su chance para imponerse, apareció Vangioni para aniquilar el cero a cero con un remate desde la puerta del área que se metió cruzado en el arco de Olave.
Más cerca del final, Carlos Luna amplió la ventaja con un toque cruzado de derecha a izquierda y a un minuto del final, Guillermo Farré descontó. Pero a Belgrano ya no le quedó tiempo para nada más. River festejó y la ilusión es grande.