“Vine aquí a mostrar mi solidaridad con las familias, vamos a realizar investigaciones para conocer las causas del accidente, al parecer hubo un choque, se sabrá exactamente lo que ha pasado”, dijo ante la prensa el presidente Francois Hollande, que se presentó en el lugar dos horas después del accidente.
Un vocero de la compañía estatal de trenes (SNCF) informó, en la radio France Info, que el accidente dejo un “balance provisorio” de “seis muertos, 22 heridos graves y 17 heridos leves, mientras que 192 personas recibieron apoyos psicológico”.
Asimismo, el vocero aseguró que 380 pasajeros se encontraban a bordo y que el número de víctimas fatales “sin dudas va a crecer” en momentos que la formación sea retirada de las vías.
A las 17h15 seis vagones del tren interurbano que unía Paris y Limoges a un promedio de 250km/h, descarrilaron en la estación de Brétigny-sur-Orge, a 28km al sur de la capital francesa, según informó la compañía pública de trenes.
Numerosos testigos, así como fotografías publicadas en diferentes redes sociales por los propios pasajeros, sostienen en diversos medios franceses que el tren -que no debía detenerse en esa estación- entró al andén a una alta velocidad y salió de las vías dividido en dos partes.
El accidente, la catástrofe ferroviaria más importante en Francia desde 1988, paralizó el tráfico de larga y corta distancia en dirección sur de París en uno de los momentos de mayor afluencia de pasajeros de la jornada.