Recuperó su licencia, volvió a entrenarse y desafió a Chávez Jr. para una revancha. Pero la chance de que pelee otra vez es incierta. Qué dice su último promotor.
Aquellos focos titilantes a los que aludía Carlos Gardel en “Volver” por ahora no consiguen iluminar con nitidez el regreso de Sergio Maravilla Martínez a los cuadriláteros. Por lo pronto, el quilmeño, que no boxea profesionalmente desde hace más de cuatro años, ya cuenta nuevamente con la licencia habilitante. Sin embargo la chance de que trepe otra vez a un ring es incierta.
La posibilidad de un regreso al pugilismo de Martínez, que el 21 de febrero cumplirá 44 años, empezó a tomar forma a fines de julio, cuando el ex campeón superligero y mediano del Consejo Mundial de Boxeo inició el trámite en la Federación Argentina de Box (FAB) para la rehabilitación de su licencia, que había sido cancelada al cumplir dos años de inactividad.
Su solicitud fue evaluada y aprobada por el Departamento Médico y por el Consejo Directivo de la FAB. “Hizo los estudios en tiempos récord, le tomó apenas diez días. Ya está en condiciones de volver a boxear”, confirmó a Clarín Roberto Rilo, presidente de la Comisión de Boxeo Profesional del ente rector del pugilismo nacional.
Esta gestión administrativa parece un indicio inequívoca del retorno. De todos modos, Martínez, que por ahora se ha manejado con señales y no con discursos, nunca hizo pública su voluntad, más allá de un cruce en Twitter con Julio César Chávez junior.
El mexicano, que no pelea desde su derrota en mayo de 2017 ante Saúl Canelo Álvarez y cuyo futuro es una incógnita, le propuso una revancha del combate que el argentino le ganó por puntos en septiembre de 2012 en Las Vegas. Maravilla recogió el guante y hasta le puso fecha al duelo: noviembre. Pero suena a batalla dialéctica más que a desafío real.
La aparente voluntad del quilmeño se da de bruces con el deseo de su antiguo promotor, Sampson Lewkowicz, quien prefiere verlo sin los puños enguantados. “Sergio tiene intacto el corazón de guerrero que mostró a lo largo de su carrera y cuando volvió a entrenarse se sintió muy bien, pero mi opinión es que no sería adecuado que volviera a pelear”, le dijo a Clarín.
De todos modos, el empresario uruguayo, quien acompañó a Martínez durante los ocho años más exitosos de su carrera, sostuvo que si el regreso se concreta, estará nuevamente a su lado “aunque sin cobrarle un centavo”.
“Lo considero un hijo y un ídolo. Haré lo que hace cualquier padre: lo acompañaré y aceptaré su decisión, aunque no esté de acuerdo”, añadió el promotor, quien destacó que la posible vuelta de Maravilla (a quien calificó como “el boxeador argentino más importante de la historia por lo que hizo sobre el ring y también fuera”) no estaba motorizada por el dinero: “Su situación económica es buena”.
Restaurantes, gimnasios, una firma de préstamos financieros y una promotora, MaravillaBox, son algunos de los emprendimientos en los que Martínez centró su atención tras su última noche como púgil rentado: el 7 de junio de 2014 fue vapuleado por el puertorriqueño Miguel Cotto, quien lo batió por nocaut técnico en el 10° round en el Madison Square Garden de Nueva York y le arrebató el cetro mediano del Consejo.